Por Ángel Febrero, naturalista y presentador del espacio "Cuadernos de Gaia" en el programa de la 2 "La Aventura del Saber". Puedes acceder a su trabajo sobre líquenes en blog y TV en http://biobricolaje.blogspot.com.es/2011/03/liquenes-observacion-y-estudio.html
Un liquen es una asociación entre un hongo y un alga, el
hongo protege y recubre con su estructura al alga y con ello protege a la misma
de la intemperie. El alga realiza dentro del liquen la función clorofílica y
alimenta al hongo con parte de lo obtenido.
Aunque los líquenes son extremadamente resistentes y robustos,
muchos de ellos son muy sensibles a los cambios producidos por nuestra
industrializada forma de vida. El mayor enemigo de estos organismos tan poco
llamativos es la contaminación del aire, producida por la quema de combustibles
fósiles. En muchas regiones de Europa Central han surgido los llamados
"desiertos de líquenes", zonas en las que ya no pueden crecer.
A mitad del siglo pasado algunos botánicos apreciaron en las
ciudades un empobrecimiento de la flora de líquenes. En esa época, en los
árboles de los parques urbanos aún se podía ver a estos delicados organismos
que cubrían la corteza. Con el transcurso del tiempo los ecólogos lograron establecer
una relación: el aumento de determinadas sustancias que contaminaban el medio
ambiente era paralelo al retroceso de los líquenes. La creciente
industrialización implica la hostilidad de la vida urbana hacia los líquenes.
Una de las causas es sin duda los escapes de gases, especialmente el dióxido de
azufre, que contiene ácidos.
Los líquenes han reaccionado a la agresión con mucha mayor
sensibilidad que las plantas más evolucionadas como los árboles y arbustos. Estrictamente
hablando, los líquenes son organismos muy resistentes. Soportan sin aparente
problema temperaturas muy altas o extremadamente bajas, una larga insolación,
así como una sequía muy prolongada. Cuando otros organismos han perecido a
causa del duro clima, los líquenes crecen espléndidamente. Recientes estudios
de la N.A.S.A han demostrado que líquenes antárticos enviados al espacio exterior
y expuestos a condiciones extremas sobreviven durante meses. Paradójicamente no
aguantarían la polución de nuestras ciudades, no pueden adaptarse a la
contaminación del medio ambiente.
Una de las razones principales de su escaso aguante hacia
las sustancias nocivas es su modo de vida: los líquenes crecen muy despacio y
no pueden echar hojas, por lo que todas las sustancias nocivas que entran en
contacto con su cuerpo, permanecen allí. Puesto que los líquenes, además, tienen
una larga vida, la acumulación de veneno en el curso del tiempo aumenta, hasta
que el organismo al final perece. Los líquenes reaccionan antes y más
claramente que otras plantas a las sustancias contaminantes y por ello pueden
ser utilizados como bioindicadores de la contaminación: allí donde han muerto existirán, sin duda, daños medioambientales
elevados.
La dura vida de un
bioindicador
Aunque los líquenes no poseen instrumentos de medida
estrictamente hablando, revelan de forma muy
sencilla lo que una técnica de medición hace con enorme gasto. Los instrumentos
de medida señalan la actual tasa de contaminación. Los bioindicadores, por el contrario, no registran de esta
manera los compuestos nocivos, pero desde luego no perdonan las emanaciones de los
tubos de escape, a las que son sensibles como ningún sistema de medición.
Y si los líquenes se utilizan como "puntos vivientes de
medición", también en los llamados "desiertos de líquenes" se
utilizan experimentalmente algunos individuos de ciertas especies. Por ejemplo,
se puede tomar un fragmento de corteza de un árbol cubierta de líquenes de una
zona limpia, llevarlo a una región contaminada y fijarlo en un árbol que
crezca en ella. A partir del tiempo de supervivencia y del estado general del
liquen, se puede deducir el grado de contaminación de este ambiente.
Artículo publicado en el nº 20 de El Correo del Medio Ambiente, que puedes descargar íntegro gratuitamente en www.reforesta.es
Interesantisimo articulo ye interesantisimo blog,nos encanta..¿podemos poner tus articulos en nuestro blog ?poniendo tu autoria y link de tu blog por supeuesto
ResponderEliminarHola amigos,
ResponderEliminarNo hay problema. A nosotros también nos gustaría poder poner artículos de vuestro blog en el nuestro, por supuesto también indicando autoría e incluyendo el enlace al vuestro. Así que, si os parece, lo acordamos así.
Saludos
Leyendo este artículo, mi pensamiento ha conectado con los seres humanos, seres vivos que, como el liquen, soportan condiciones extremas, presión, estrés, relaciones tóxicas… y siento cómo somos acumuladores de toxinas, no solo por los alimentos o el aire, sino también por el tipo de relaciones que mantenemos, ya sea con otros o con nosotros mismos. Como vamos acumulando un veneno de olvidar nuestro autocuidado, el amor y respeto por nuestras necesidades o nuestro bienestar, y como todo ello, así como pasa con el liquen, termina por generarnos un “desierto emocional” del que, con suerte –y ayuda profesional a veces- somos capaces de cambiar, abandonar o aceptar, para empezar a experimentar la posibilidad de evolucionar y sanar, desde dentro y hacia fuera, colaborando al bienestar del entorno, nuestro sistema, y claro, el medioambiente.
ResponderEliminarSomos una parte del todo que es la naturaleza y la vida, respetarnos y cuidarnos, es respetar a ese todo mayor.
Feliz experiencia para este año y gracias por tu trabajo!
www.beapsicologacoach.com
Y me has inspirado para tener el placer de compartir tu idea -y tu reseña- en mi blog https://bit.ly/300QyRE de www.beapsicologacoach.com
ResponderEliminarMuchas gracias!!