lunes, 20 de junio de 2016

¿Qué puedo hacer contra la desertificación?

El pasado 17 de junio se celebró el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. Se trata de una cuestión muy seria, que está relacionada con el uso de la tierra y del agua y con el cambio climático. Afecta a la disponibilidad de agua y a la capacidad de producción de alimentos, de modo que está en juego la vida de muchas personas en las zonas más vulnerables ecológica y económicamente del planeta.

En esta entrada nos referimos a España, que es el país europeo más afectado por la desertificación. Como sabemos que este blog recibe lectores hispanohablantes de otros países, a ellos les aclaramos que no es que España sea un país desértico o predesértico. Es un país muy biodiverso en el que podemos encontrar lugares con una precipitación que supera los 2.000 l/año (tanto en el norte como en el sur del país) y otros que no llegan al 10% de esa cifra.Y entre medias de esos dos límites se sitúa la mayor parte del territorio, aunque un 74% del país tiene unas condiciones naturales que lo encuadran en las zonas con riesgo de desertificación, que son aquellas catalogadas como áridas, semiáridas y subhúmedas secas.

Aquí damos consejos para no contribuir a agravar el problema. Estos consejos se dirigen al ciudadano medio que no trabaja la tierra. Agricultores y ganaderos deben implicarse en buenas prácticas de gestión, cuya explicación no es el objeto de este artículo. 

jueves, 16 de junio de 2016

Ricardo Codorníu, versus la España seca y desertificada





Desierto de Tabernas (Almería)


Conmemorativo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía 

Por Enrique Morales Cano


Para sustos sobran. Trastadas, avieso trato al monte, incuria e indolencia galopante, también es bastante. ¿Esperar a defenderlo más conjunto y conjuntadamente? ¿A qué se aguarda entonces? El 40% del terreno español está abocado ya a filudas garras desertificadas. ¿Esperar más a que el estropicio se perpetúe y prosiga adelante? ¿Eso es lo aparcado en trance? Urge, a toda costa y riesgo cambiar de tornas, de una vez por todas. Dejarse de palabras huecas y traducirlas en auténticas acciones señeras. Dedicar contumaz, asidua; global y comunal esfuerzo, a implícita tarea de convertir vida por engorro, desfallecimiento y final muerte de marcado signo ecologista. Vestir descarnados paisajes a toda prisa resultante, tras de parecer haber estado asolados desde siempre. Como de vestir laminados, andrajosos y estériles llanos, sequedales anodinos y baldíos roqueros, por correspondiente y necesario, tupido manto verde.