martes, 30 de mayo de 2017

Uranio y conejos: problemas españoles con sello autraliano

Australia es uno de esos países que no se mete con nadie y suele caer bien. A mí me cae bien. Sin embargo, dos hechos recientes con consecuencias muy negativas para la naturaleza española están siendo protagonizados por australianos.

Uno de esos hechos lo provoca la compañía minera Berkeley; se trata de la mina de uranio de Retortillo, en Salamanca. El otro lo impulsa el Gobierno de Australia, que está aplicando un virus de laboratorio a su superpoblación de conejos, especie introducida allí que está desequilibrando sus ecosistemas.

Las imágenes de las encinas centenarias taladas en un idílico paraje del Campo Charro me trasladan a otros tiempos: por ejemplo, los años en los que se arrancaban encinares para implantar regadíos o se desalojaban pueblos para anegar valles construyendo embalses. Muchos de esos sucesos tuvieron lugar bajo la dictadura y, otros, al inicio de nuestra actual democracia.

Funcionarios y políticos de los niveles municipal, autonómico, regional y europeo (Miguel Arias Cañete, ex ministro de agricultura español y actual comisario europeo de Energía y Medio Ambiente) han decidido en nombre de todos los españoles que esas encinas centenarias sobraban y que es bueno impulsar la minería del uranio en detrimento de nuestros ecosistemas y espacios protegidos, de la calidad de los ríos y de la economía rural. No me extiendo sobre el asunto porque ya se ha escrito mucho y quien quiera puede encontrar mucha información en internet. Simplemente, me pregunto por la calidad humana de quienes han contribuido a que esta barbaridad esté teniendo lugar, y recalco cuánto me llaman la atención las declaraciones de los responsables de Berkeley, porque manifiestan con rotunda seguridad que la mina se va a llevar a cabo sí o sí, a pesar de no tener permiso de obras y estar pendientes sendos pronunciamientos de la justicia española y de la Comisión Europea. Ellos sabrán hasta qué punto lo tienen bien atado…

En cuanto al conejo, como sabemos, esta especie es uno de los pilares fundamentales de nuestros ecosistemas, dado que es alimento de una buena parte de los depredadores mediterráneos. Ya ha sufrido la mixomatosis y la neumonía hemorrágico vírica y, como consecuencia de ambas enfermedades, otras especies ibéricas han visto caer sus poblaciones por falta de alimento. La cepa conseguida en laboratorio es muy letal. Por desgracia, lo más seguro es que termine llegando a España, al igual que llegaron la mixomatosis y la primera cepa de la neumonía.

Es evidente que Australia necesita combatir al conejo, pero jamás debería haberse liberado ese virus sin antes disponer, al menos, de una vacuna para contrarrestarlo cuando llegue, que llegará, a los países donde el conejo es autóctono. Esto demuestra la falta de gobernanza de los problemas globales, que deben abordarse a nivel global. Cada país cuida de sus intereses, a veces obviando el sentido común y la ética más elementales. El Gobierno español debería comunicar al australiano que, si el virus llega a España, le denunciará en las instancias internacionales y exigirá responsabilidades.

Miguel Á. Ortega. Presidente de Reforesta

Foto: una parte de la zona talada por Berkeley para construir la mina. Tomada de https://jesusenlared.blogspot.com.es/2017/04/