Por Miguel Á. Ortega, presidente de Reforesta
Leí el término “ecofatiga “ en ww.psicoambientalia.blogspot.com. Se refiere al posible hartazgo que provoca en el ciudadano la avalancha de informaciones sobre medio ambiente, la mayoría de ellas con connotación negativa. Ese hartazgo podría provocar que mucha gente “dimitiera” de sus responsabilidades ambientales. Es una idea que a mí y a otras muchas personas ya se nos había pasado por la cabeza pero, para mí, lo nuevo es el término, que además me parece muy expresivo.
Leí el término “ecofatiga “ en ww.psicoambientalia.blogspot.com. Se refiere al posible hartazgo que provoca en el ciudadano la avalancha de informaciones sobre medio ambiente, la mayoría de ellas con connotación negativa. Ese hartazgo podría provocar que mucha gente “dimitiera” de sus responsabilidades ambientales. Es una idea que a mí y a otras muchas personas ya se nos había pasado por la cabeza pero, para mí, lo nuevo es el término, que además me parece muy expresivo.
La cuestión de por qué avanzamos tan despacio en el reto de lograr actitudes proambientales lleva mucho tiempo en el candelero. En webs británicas he encontrado esta misma discusión aplicada al cambio climático, donde psicólogos y otros especialistas ofrecen explicaciones como las siguientes: