miércoles, 30 de diciembre de 2015

2015, Año del Suelo: Reforesta contribuye a la conservación de 32 has.

 La 68º Asamblea General de Naciones Unidas declaró 2015 como Año Internacional de los Suelos y ahora que llegamos a su fin, es un buen momento para hacer balance sobre las consecuencias de su degradación.


Según la FAO[1], en Europa cada hora se pierden 11 hectáreas de suelo vivo debido a los procesos de urbanización. España, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, representaba un claro exponente del fenómeno hiper-urbanizador, ya que entre 1976 y 2009, de los más de 3,5 millones de hectáreas de tierra agrícola perdidas, casi medio millón de ellas pasaron a ser tierras no agrícolas susceptibles de ser urbanizadas[2].
La urbanización implica el sellado permanente de la capa superficial del suelo y, en definitiva, su deterioro irreversible, ya que altera o anula algunas de sus capacidades clave, como son: la infiltración de agua, la fijación de carbono, su función como hábitat de multitud de microrganismos, etc.[3]

lunes, 28 de septiembre de 2015

Volkswagen exagera los beneficios de su campaña de reforestación para compensar CO2

La empresa afirma en su publicidad que “(…) con la compra de cada vehículo nuevo, Volkswagen planta un árbol en los bosques Think Blue, para compensar las primeras emisiones del vehículo”, y afirma que esta compensación se realiza a lo largo de 30 años.

Los consumidores desconocen que ésta no es una buena práctica, puesto que eso supone que una parte del gas emitido permanecerá en la atmósfera muchos años provocando efecto invernadero, siendo probable que nunca llegue a compensarse.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Impacto de la escalada sobre las aves rupícolas de la Sierra de Guadarrama

A diferencia de otras cadenas montañosas, en el Sistema Central no hay muchas zonas rocosas favorables para la nidificación de aves. Por ello, en lugares como La Pedriza y las sierras de La Cabrera y de Los Porrones, donde sí hay muchos escarpes, se concentran los nidos de especies como el águila real, el búho real, el buitre leonado, el cernícalo común o el halcón peregrino. Otras aves rupícolas habitan estas paredes graníticas, como el avión roquero, el colirrojo tizón, el roquero solitario, la collalba negra, el cuervo, la chova piquirroja y la golondrina dáurica. Por añadidura, varias especies de rapaces ya desaparecidas en estas montañas, como el alimoche, el águila-azor perdicera y el quebrantahuesos podrían recolonizar el área con una adecuada gestión del medio.



Pedimos la la regulación urgente de los deportes y el uso público en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama


  • En 2014 se celebraron en el parque y su área de influencia unas cuarenta competiciones, con cifras de participación de entre 350 y 1.200 dorsales por evento y un total estimado de 15.000 a 20.000 participantes
  • Año tras año se viene constatando el abandono de nidos de aves rupícolas por las molestias ocasionadas por escaladores y senderistas.
  • Es fundamental un estudio científico de capacidad de carga del territorio para una adecuada ordenación del uso público.
Foto de este artículo: Julio Vías

lunes, 26 de enero de 2015

Día de la Educación Ambiental: nuestro estilo de vida y la crisis desplazan la atención del medio ambiente

    
  • No dejan de llegar señales del empeoramiento de la salud de nuestro planeta 
  • En España, las encuestas descubren la correlación crisis – menor valoración de los problemas ambientales
  • En opinión de Reforesta, una de las ONG más expertas en educación ambiental, nuestro estilo de vida y la crisis complican el cambio de hábitos a favor del medio ambiente
Madrid, 26 de enero de 2015. - Las señales del constante deterioro de nuestro planeta siguen llegando. Por ejemplo, 2014 ha sido el año más cálido desde que hay registros, y nueve de los diez años más tórridos han ocurrido desde 2000. Un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Melbourne ha constatado que estamos recorriendo el peor de los escenarios previstos en el informe Los límites del crecimiento, editado por el Club de Roma en 1972 para advertir de los riesgos derivados de la agresión al medio ambiente. Hace pocos días, diecisiete premios Nobel adelantaron dos minutos el Reloj de Apocalipsis, una figura simbólica que desde 1947 alerta de la vulnerabilidad del mundo frente a un gran desastre, señalando así que nos queda menos tiempo para la acción.