lunes, 26 de enero de 2015

Día de la Educación Ambiental: nuestro estilo de vida y la crisis desplazan la atención del medio ambiente

    
  • No dejan de llegar señales del empeoramiento de la salud de nuestro planeta 
  • En España, las encuestas descubren la correlación crisis – menor valoración de los problemas ambientales
  • En opinión de Reforesta, una de las ONG más expertas en educación ambiental, nuestro estilo de vida y la crisis complican el cambio de hábitos a favor del medio ambiente
Madrid, 26 de enero de 2015. - Las señales del constante deterioro de nuestro planeta siguen llegando. Por ejemplo, 2014 ha sido el año más cálido desde que hay registros, y nueve de los diez años más tórridos han ocurrido desde 2000. Un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Melbourne ha constatado que estamos recorriendo el peor de los escenarios previstos en el informe Los límites del crecimiento, editado por el Club de Roma en 1972 para advertir de los riesgos derivados de la agresión al medio ambiente. Hace pocos días, diecisiete premios Nobel adelantaron dos minutos el Reloj de Apocalipsis, una figura simbólica que desde 1947 alerta de la vulnerabilidad del mundo frente a un gran desastre, señalando así que nos queda menos tiempo para la acción.
A pesar de ello, la humanidad en su conjunto y, en especial, sus líderes, no está a la altura de las circunstancias. En particular, en España las encuestas del CIS revelan que cae constantemente el porcentaje de españoles que sitúan los problemas medioambientales entre los más acuciantes del país: en 2010 el 4,3 % los situaban entre los dos más importantes; en 2012 y 2013 solo el 0,6 y el 0,2 por ciento, respectivamente, los colocaban en alguno de los tres primeros puestos. Sin embargo, sería muy optimista decir que la calidad ambiental de España mejoró entre 2010 y 2013, y parece más realista afirmar que las dificultades que la crisis genera en el día a día de las personas restan atención al medio ambiente.

En opinión de Miguel Á. Ortega, presidente de Reforesta, “la mayoría de los programas de educación ambiental se quedan en la mera transmisión de información y, si ya de por sí la capacidad del cerebro humano para asimilar nuevos conceptos es limitada, lo es más aún si tenemos en cuenta nuestro acelerado estilo de vida y la sobredosis de información a la que estamos expuestos”. En este sentido, Ortega apunta que “para concienciar, es condición necesaria que los ciudadanos no estemos agobiados con la supervivencia diaria, pues el respeto al medio ambiente exige un cambio de actitudes y, para lograrlo, hay que poner mucha atención en lo que hacemos a diario, especialmente en lo relacionado con nuestro consumo. Evidentemente, esto no es posible cuando lo prioritario es afrontar las prisas, el cansancio y los agobios económicos del día a día”.

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