jueves, 3 de mayo de 2012

Ecología urbana: plantas trepadoras

Por Ángel Febrero, naturalista y presentador del espacio "Cuadernos de Gaia" en el programa de la 2 "La Aventura del Saber". Puedes ampliar información sobre su trabajo en www.biobricolaje.blogspot.com.es 

 En este artículo nos centraremos fundamentalmente en dos especies vegetales aun no suficientemente extendidas, y que merecerían un lugar de honor en nuestras ciudades de grandes, interminables y áridos muros verticales. Me refiero a la popular Viña virgen (parthenocisus. Sp) en cualquiera de sus variedades y a la inmortal hiedra común (hedera helix)

Viña virgen
 La viña virgen está emparentada con las viñas que se cultivan desde hace miles de años por toda la cuenca del mediterráneo y que los romanos se encargaron de extender por nuestra geografía. Además fructifica de manera similar a esta última, produciendo diminutos racimos de uvillas muy apreciados por aves urbanas como los mirlos. La viña virgen necesita una exposición noreste para prosperar con plenas garantías, aunque si el terreno está bien regado y abonado tolerará otras exposiciones más soleadas.
 Es una planta de rápido crecimiento y produce unos zarcillos que se adhieren como ventosas a todo tipo de superficies irregulares. En otoño pierde sus verdes hojas, no sin antes regalarnos un espectáculo de color con sus llamativas hojas de un rojo intenso. La ventaja de esta característica y al contrario de lo que ocurre con la hiedra, que es de hoja perenne (es decir, las mantiene todo el año), es que en invierno deja pasar los rayos solares y por lo tanto el calor al muro de la vivienda.


Hiedra
 De crecimiento algo más lento e igual de poco exigente que la viña virgen, también es adecuada para tapizar muros casi en cualquier orientación. Es fácil de conseguir en los viveros y es una planta que además produce mucho néctar, frutillas y refugio de nidificación para muchos pájaros insectívoros.
 No todas las variedades son buenas trepadoras, ya que algunas cogenmucho volumen y peso y no se ciñen tanto al muro como las viñas, con el consiguiente riesgo de que con los años puedan desprenderse. Esto último se puede solucionar con una poda formativa.
 En invierno, como ya hemos dicho, no pierde la hoja y no permite la entrada de luz y calor al muro lo cual, en ocasiones, puede ser una desventaja.

Ventajas bioclimáticas de las plantas trepadoras
 Hiedras , viñas, madreselvas, glicinias y otras plantas parecidas generan cuando están bien desarrolladas sobre el muro exterior del edificio una importante reducción de los rayos solares, bajando con ello la temperatura de las habitaciones colindantes entre tres y cinco grados centígrados con respecto a las mismas habitaciones si no tuvieran tan eficaz filtro térmico. Recordemos que las plantas evaporan constantemente agua en sus procesos vitales y esto refrigera mucho su entorno más inmediato. Esta característica añade confort y un ahorro apreciable de energía eléctrica destinada al enfriamiento del edificio en los meses de verano. Otro factor importante es que ofrecen un filtro para el ruido ambiental que proviene del exterior y proporcionan oxígeno extra.
 Así que os animamos a que en vuestra próxima reunión de vecinos del edificio propongáis la siembra y plantación de estas agradecidas plantas que, una vez bien arraigadas, necesitan pocos cuidados.

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